Casi en todas las empresas, existen varias generaciones trabajando juntas: desde el colaborador que se va integrando en su primer empleo, que va empezando su camino profesional, hasta los directivos que llevan más de 30 años trabajando.

En este tipo de organizaciones complejas, el liderazgo se da en un ambiente multigeneracional. Según un estudio reciente elaborado, el fenómeno laboral será imparable y de gran impacto.
¿Es posible que las distintas generaciones puedan entenderse en el entorno laboral actual?
La clave está en conocerlas y trazar estrategias para gestionarlas
En la actualidad es todo un reto, quizás antes no lo consideramos tan importante, pero ahora cuando estamos viendo la mezcla de generaciones, unas con gran apego a las estructuras y al ascenso vertical, otras no tanto; sin embargo, pasar de la era analógica a la digital supuso grandes cambios en las personas imponiendo nuevos retos a los gestores de Capital Humano, entre ellos trabajar con distintos grupos generacionales y alinearnos en un fin común. Este reto, debe verse como una oportunidad pues apunta a “ser más enriquecedor que problemático”, entendiendo que las diferencias completan los talentos dentro de los equipos de trabajo.
Conociendo cada generación
Para que la gestión multigeneracional sea una experiencia realmente enriquecedora es necesario que repasemos las características de cada una de ellas:
Los Baby Boomers, actualmente conformado por personas por encima de los 50 años que valoran la productividad y aprecian los símbolos de estatus y el crecimiento en una organización. De madurez emocional, estables, con gran experiencia, conocimiento, y orientados al logro, buscan permanentemente reinventarse para mantenerse activos en el mercado laboral. El reto con ellos es, preservar esa experiencia y conocimiento para apoyar a las nuevas generaciones.
La Generación X, constituida por personas entre los 35 y 49 años. Una generación que vivió la transición de lo analógico a lo digital y la llegada del internet, lo cual los condujo a aceptar las reglas de la tecnología y conectividad. Están orientados al desarrollo profesional, valoran la calidad de vida. Destacan por su independencia, creatividad, adaptabilidad y por su búsqueda del conocimiento y del cambio constante. El reto es mantenerlos motivados y darles herramientas para asumir el liderazgo de la generación anterior.
La Generación Y (o Millennials) son aquellos jóvenes-adultos entre 23 y 34 años, nacidos en la era digital y en un mundo más global pero incierto. Son emprendedores, multitareas y fieles a sí mismos; no conciben la vida sin tecnología y son capaces de reconvertirse o reinventarse laboralmente; apuntan a la diversidad, al trabajo en equipo y no ven fronteras. Enfocados a aprender y crecer rápidamente, sin dejar a un lado los gestos solidarios. Esta generación enfatiza en sus intereses personales antes que los organizacionales, y la rigidez de las estructuras corporativas les resultan incómodas. El reto con los Millennials es liderarlos y mantenerlos conectados con la organización.
Finalmente, la Generación Z, se están incorporando al mundo laboral, y esos jóvenes de 17 a 22 años, que ingresan como pasantes o aprendices, son nativos digitales que ven en la tecnología, un elemento fundamental y profundizan en entornos virtuales, por ello su conexión en redes sociales en muy alta. El reto en esta generación está en, proveerles de la conectividad necesaria para facilitar el trabajo.
El grupo más grande, dentro de las empresas serán los millenials, que representarán cerca de la mitad de los trabajadores dentro de unos años; luego, tendremos a los de generación X, que vienen a ser aquellos un poco mayores que los millenials y que representarán un 28% del total de personas en plantilla. A continuación, tendremos un 5% de generación Z y un 4% aproximado de tradicionalistas, que serán aquellas personas mayores de 65 años.
Así, nace la pregunta: ¿cómo gestionar esta pluralidad de pensamientos y convertirla en una oportunidad de competencia? Para empezar, es importante cambiar en nuestra mente la idea errónea de que esto podría ser negativo para la empresa. No tiene por qué serlo y de hecho, la diversidad de puntos de vista y las posibles divergencias culturales no son más que una grandísima oportunidad.
Dicen que es imposible sacar partido de algo que no se conoce. Lo mejor es poner un poco de atención a cómo es cada grupo generacional e identificar sus cualidades. El truco consiste en siempre intentar ver lo positivo y no tanto lo negativo, para poder aprovechar al máximo las potencialidades de los grupos de personas.
Así que el mejor liderazgo, debe mostrar entendimiento para todos sus colaboradores, independientemente de la generación a la que pertenezcan; existen muchos parámetros para determinar el comportamiento de cada uno, pero lo interesante no es forzar a un grupo a ser como a nosotros nos parece bien, si no tratar de que cada persona, en su propio estilo, consiga trabajar aprovechando sus puntos de fuerza. También es importante que el líder se esfuerce en conocer las necesidades de cada generación y tratar de encontrar la respuesta a cada una en personas de otro grupo generacional. Por ejemplo, si los millenials tienen necesidad de aprender técnicas de venta clásicas y tienes un grupo de vendedores con años de trabajo y experiencia, usa su know how para preparar a los millenials. A cambio, si los tradicionalistas tienen necesidad de modernizarse en el uso de la tecnología para comunicarse mejor, deja que sean los más jóvenes a enseñarles a crecer en este sentido.
Nadie es mejor que nadie y todas las herramientas son válidas por igual. Las empresas crecen en la medida en que sus integrantes entienden esta máxima y la ponen en práctica con humildad y respeto por los demás.
Obviamente, para poder detectar estas necesidades y características de cada grupo generacional, será necesario crear los espacios de diálogo y fomentar el intercambio de ideas entre los trabajadores. Se recomienda crear mesas de trabajo mezclando a los integrantes de las diversas generaciones dentro de la compañía, para que así el intercambio de puntos de vista sea constante y natural. Verás que se encontrarán fácilmente alternativas a los problemas que vayan surgiendo con gran facilidad.
Puede asustar un poco, la idea de juntar a personas de una generación con otras, por temor a posibles desencuentros. Pero es mejor enfrentar el desencuentro y superar las diferencias desde el inicio. Podría sugerirte crear grupos de trabajo compuestos por baby boomers (entre 45 y 64 años de edad) que colaboren con millenials (menores de 34 años) ya que estos dos grupos tienen mucho en común (incluso si no lo saben).
Para finalizar, recomiendo las siguientes acciones:
1) Mentorías: Disponer de sistemas “mentoring” para promover el valor del conocimiento, la experiencia y las habilidades en la empresa. Así los colaboradores tienen la oportunidad de enseñar, compartir y aprender los unos de los otros.
2) Acuerdos laborales a la medida: Ofrecer a aquellos colaboradores capaces de hacer sus labores con un mínimo de supervisión, acuerdos de trabajo remoto, que ayuden a fomentar el bienestar y retener el mejor talento en la organización. La flexibilidad laboral es muy atractiva no solo para la generación Millennial, sino también para la Generación “X” y los Baby Boomers, quienes buscan cada vez más un mayor balance vida- trabajo.
3) Sin estereotipos: Es importante entender las características de cada generación y conciliar en los puntos distantes, pues etiquetar a las personas en base a estereotipos, es una manera segura de crear tensión y conflicto. La recomendación es conocer a cada persona del equipo individualmente, encontrar sus motivaciones, fortalezas y puntos de mejoras, ubicándola donde se pueda desarrollar mejor.
4) Crear un ambiente colaborativo: Promover la participación de todos los colaboradores y sus puntos de vista sin distinguir edad ni trayectoria en la organización, provocará que están mucho más implicados y comprometidos con la compañía y que se sientan parte de un proyecto común. El trabajo en equipo, la comunicación abierta y el feedback continuo son aspectos claves para el éxito organizacional.
5) Adaptar la comunicación: Cada generación tiene sus formas preferidas de comunicarse. Los trabajadores de más edad tienden a ser más formales, mientras que los más jóvenes suelen utilizar más coloquialismos y abreviaciones. A la hora de comunicarnos con los colaboradores, es una buena idea pensar en el tono y canal más adecuado para hacer llegar nuestro mensaje de manera efectiva.
Pueden surgir más acciones que logren apoyar la gestión de las distintas generaciones que laboran en nuestras organizaciones, lo importante es asumir el reto y acortar distancias generacionales.
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